1808. Francisco Fernández Gascó en la Guerra de la Independencia

España se encontraba ocupada por las tropas de Napoleón con el falso pretexto de invadir Portugal en virtud de lo establecido en el Tratado de Fontainebleau suscrito por Napoleón y Manuel Godoy, valido de Carlos IV.

Cuando Godoy y la familia real quisieron darse cuenta de las verdaderas intenciones de Napoleón, ya era demasiado tarde.

El 2 de mayo de 1808, Francisco Fernández Gascó trabajaba para el Ayuntamiento de Madrid. Fue cuando su tocayo el infante Francisco de Paula, hijo menor de Carlos IV y de Maria Luisa de Parma, de 14 años de edad, fue obligado por el general francés Murat a juntarse con sus padres en la ciudad francesa de Bayona. La multitud que se agolpaba en el Palacio Real, sospechando este movimiento de los franceses, intentó evitarlo asaltando el palacio. Este hecho sirvió de excusa para que Murat abriese fuego contra los sublevados, lo que provocó que el levantamiento del pueblo se extendiese  como un reguero de pólvora por todo Madrid.

El resultado es conocido. Masacres del ejército francés ejecutando civiles, tal y como reflejó Goya en sus imponentes pinturas.

Fusilamientos del 3 de mayo. Francisco de Goya.

Madrid finalmente se rindió a Napoleón y forzó las abdicaciones de Bayona, en las que Carlos IV abdicó en su hijo Fernando VII y este en José Bonaparte, hermano del emperador.

Francisco Fernández Gascó y el resto de compañeros del Ayuntamiento de Madrid, por seguridad, se trasladaron a Sevilla, pero cuando las tropas francesas del General Sault llegaron allí, huyeron a Cádiz, que era la única ciudad que no había sido invadida por los franceses. Francisco tuvo que soportar dos años de bombardeo francés y, como parte de una comisión elegida para la defensa de la ciudad, fue el encargado de organizar la Milicia de Cádiz, cuyas tropas estaban comandadas por los generales Blake y Zayas.

Francia fue finalmente derrotada en 1812, creándose en ese mismo año las Cortes de Cádiz, de las que Francisco sería diputado.

Francisco regresó a Madrid y se encontraba aquí, formando parte de la corporación municipal, el 2 de septiembre de 1813 cuando las tropas españolas entraron en la ciudad.