sábado, 21 de agosto de 2021

1787. Carlos III prohíbe los enterramientos en las iglesias.

Desde mi más "tierna infancia", los críos del pueblo, y no tan críos, siempre que nos enterábamos que había obras en la iglesia o en sus calles aledañas, nos acercábamos a ver los huesos que salían en las excavaciones. Sobre todo en la calle del Huesario, de ahí su nombre, que ha permanecido sin asfaltar hasta hace bien poco. También había restos en el interior de la iglesia, como pudimos comprobar cuando se procedió a sustituir el antiguo suelo de madera por uno de baldosas de terrazo, allá por el año 1971 aproximadamente.


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Restos humanos encontrados durante la rehabilitación del solado de la entrada de la iglesia en 2005.



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Restos humanos encontrados durante la rehabilitación del solado de la entrada de la iglesia en 2005.

Efectivamente, La costumbre hasta el siglo XIX era enterrar los cadáveres en el interior y/o en los alrededores de las iglesias.

 A raíz de una epidemia en Pasajes San Juan (Guipúzcoa) en 1781 y que achacaron al "hedor intolerable que se sentía en la Iglesia Parroquial de la multitud de cadáveres enterrados en ella", Carlos III dictó en 1784 la real orden para que a partir de entonces los cadáveres no fueran inhumados en las iglesias, como era costumbre hasta entonces. Esta medida fue ratificada en 1787 por medio de una real cédula en la que se restringía el derecho de inhumación a los prelados, patronos y personas del estamento religioso que permitía la legislación eclesial. Mediante la misma, se disponía la habilitación de cementerios en el exterior de las poblaciones, en sitios bien ventilados,  alejados de las casas y aprovechando, en la medida de lo posible, las ermitas como capillas de los mismos.

La medida no fue aplicada efectivamente hasta bien entrado el siglo XIX debido a las dificultades, sobre todo económicas, para la habilitación de los cementerios y a la reticencia de las familias a enterrarlos en estos, fuera del ámbito de los templos.

Según la encargada del Archivo Municipal de Daganzo, Victoria Rosado, hay en este un documento en el que consta la solicitud: " PARA QUE EL CURA PÁRROCO Y MAYORDOMO DE ESTA IGLESIA PRESENTE LAS CUENTAS DE FÁBRICA PARA CON SU RESULTADO SE REINTEGRE LO GASTADO EN LA CONSTRUCCIÓN DEL CEMENTERIO / DAGANZO / 1834"

En el diccionario de Pascual Madoz, de 1845-1850 ya aparece el cementerio de Daganzo: "El cementerio se halla á la falda de un cerro pequeño, en el que hay una capilla muy reducida, destituida de todo adorno en estado de ruina."... "...se encuentran en él tres ermitas, la de la Virgen del Espino, dist. 1/4 leg. por el lado E., la Grande que sirve para depositar los pasos de Semana Santa, á unos 600 pasos del pueblo, entre E. y S., y la que fué de la Soledad que sirve de capilla al Campo Santo"

En el mapa de 1860 se puede apreciar la situación de la Ermita de la Soledad y la parcela que le fue asignada para el camposanto.



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